21/07/17 - 10:54

Desde que se anunciara con bombos y platillos el mega proyecto de saneamiento de la ciudad de Chachapoyas con dinero del Ministerio de Vivienda, Saneamiento y Construcción, y que ejecuta la municipalidad de nuestra ciudad a través del consorcio “Aguas del Oriente”, por más de sesenta millones de soles, poco o nada bueno ha presagiado su ejecución y mucho menos su puesta en funcionamiento, si es que algún día llega a su fin.

Desde hace tres días se anunció por parte de EMUSAP, la EPS que administra el servicio de agua y desagüe de Chachapoyas y que es una empresa municipal donde el actual alcalde Diógenes Zavaleta Tenorio es el Presidente del Directorio, que por desperfectos en la captación de la vertiente de Tilacancha, es que se ha decidido racionar por horas el servicio de agua, hasta que el desperfecto se solucione, personal técnico está trabajando en la zona para la reposición del servicio a la brevedad posible.



Con sendos comunicados radiales en los diferentes medios de comunicación, EMUSAP ha indicado que el problema se solucionará y que la municipalidad, el consorcio y otras instituciones como los bomberos, facilitarán sus cisternas para repartir agua en las instituciones y barrios de la ciudad.

Lo que sucedió el día de ayer fue un caos, el agua escasea en toda la ciudad y hasta el cierre de nuestra nota, todavía no se ha solucionado el problema anunciado por EMUSAP y lo peor nadie sabe la verdad de la magnitud del problema que ha ocasionado el desabastecimiento de agua por más de tres días, creando serios problemas en la salud de las personas de nuestra ciudad turística.

Los regidores que deberían realizar su función de fiscalización, no dicen esta boca es mía, aunque la población nunca ha esperado algo positivo de su tarea fiscalizadora, y como siempre el alcalde de la ciudad y al buen estilo de Castañeda, burgomaestre metropolitano, brilla por su ausencia.

Una vez más con su actitud ha demostrado que no tiene autoridad y que esto sirva para que la población sepa quiénes son los líderes de pie de barro que al primer problema  de nuestra ciudad huyen como perros que escuchan cuetes.

Hasta el próximo Farol de Ángela Sabarbeín