Ahora El Dia del Padre, ya hace mucho tiempo que se cambió por el dia de los abuelos...

Los hijos, son los padres, que ayer fuimos y muchos, ahora somos hijos de nuestros hijos...

Sin embargo, ellos no se dan cuenta, que volverse viejo, es tener presente en nuestro vocabulario la palabra "vejez", que nos recuerda el inevitable paso de los años...

¿Volverse Viejo, es pensar en la cercanía de la muerte y en el enigma del que será? en el más allá...

Volverse Viejo, es aceptar el desgaste neuronal, que nos lleva a olvidar momentos felices de nuestra vida pasada, junto a nuestros padres, hermanos, familiares y amores inolvidables...

Volverse Viejo es ya no sentir el aroma de las flores, ni el trinar de las aves del cielo, ni el sonido embriagador del río que te adormece en tu cielo tachonado de estrrellas...

Volverse Viejo es olvidarse de la falda del Pumaurco, donde los jilgeros trinan y la cruz de madera enmohecida, abre sus brazos al cielo...

Volverse Viejo, es empezar a tirar la toalla y rendirse, teniendo, todavía sueños de Fe y Esperanza, de sonrisas que alegran y contagian vida, miradas de ternura que aceleran el corazón y sentimientos que jamás desaparecen, aunque hayan sido en un siglo de sortilegios, pero que jamás se olvidan...

Por eso en el tercer domingo de junio, sacando energías de flaqueza de nuestros cuerpos, que no saben de derrotas ni humillaciones, sigamos festejando el DIA DEL PADRE, sin preocuparos que la vejez siga su curso, que deleite arañando nuestras carnes, mientras tanto sigamos en el camino de la VIDA con gratitud a Dios, que nos regala la GRACIA de vivir, todavía, con salud física y mental, esperando con valentía nuestro viaje a las estrellas.