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BUENITA FUISTE TAN BUENO COMO TU NOMBRE

Pastillita para el Alma 06 – 09 – 19 “No morirá del todo, cuando herido Caiga a los golpes del dolor humano “ Manuel Gutierrez Nojero

BUENITA FUISTE TAN BUENO COMO TU NOMBRE



09/09/19 - 04:57

Pastillita para el Alma 06 – 09 – 19
“No morirá del todo, cuando herido
  Caiga a los golpes del dolor humano “
Manuel Gutierrez Nojero

Es que hombres como el ingeniero BUENAVENTURA BURGA NORIEGA, mueren para el mundo físico, material e irrelevante, pero, viven eternamente en el corazón de sus familiares, de sus amigos y de las personas que bebieron del agua cristalina, pura, diáfana y transparente de su bondad humana infinita.

Nacido en la ciudad de Chachapoyas, hizo sus estudios primarios en su ciudad natal y sus secundarios en la ciudad de Lima, donde fue a residir con sus familiares paternos para ingresar a la Universidad Agraria de La Molina, donde destaca en sus estudios y también en el deporte. Practica el balompié, logrando ser miembro del primer equipo de futbol de su universidad, jugando de interior derecho, haciendo gran amistad con su compañero de promoción Allison, que jugaba de arquero, quién, más tarde fue alcalde por el distrito de Pueblo Libre en dos oportunidades. 

Buenaventura, también destaca en el tenis de mesa, donde llega a ser campeón inter universidades y campeón nacional en singles.

Mientras éramos estudiantes universitarios, en nuestras vacaciones de medio año íbamos a la Fidelísima ciudad de Chachapoyas, lógicamente a jugar por nuestro club de toda nuestra vida que es el Club Higos Urco en el fortín de Belén, la canchita de tierra roja, rodeada de casas por el oeste y parte del este, con su cerco de pencas y ancocashas y por el norte y sur por las iglesias de Belén y de San Lázaro respectivamente. 

Inolvidable verle a Buenita Burga hacer sus jugadas espectaculares, driblear a sus rivales magistralmente, hacer sus bicicletas y sus famosas chalacas. 
Buenaventura Burga Noriega, sin lugar a equivocarnos ha sido uno de los más grandes jugadores de esos tiempos que brilló en nuestra tierra, de la talla quizás de Luis López Peláez que jugó en el Sucre y el Municipal. 

Buenaventura Burga Noriega, fue un gran hincha del Club Higos Urco, nunca jugó por otro equipo, inclusive llevó a su amigo el arquero Allison para jugar por el Higos Urco.
Cuando regresó a Chachapoyas, a ejercer su profesión como ingeniero agrónomo, se dedicó a implementar y desarrollar la agricultura y la ganadería en su fundo de El Molino. Sus campos se volvieron verdes y los cultivos de alfalfa hacían ondas por el viento en un mar de progreso y tecnología.

También profesor en la Escuela Normal  de Chachapoyas y en otros centros de estudio de la localidad, dejó la sabiduría de su ciencia y sobre todo la calidad y la bondad de su alma. Fuimos de diferente generación, estudiamos en diferentes localidades y universidades, coincidimos jugando  futbol por nuestro Club Higos Urco y desde cuando éramos estudiantes y después profesionales, cultivamos una gran amistad de tipo muy selecta, como él la sabía hacer. No era de reunirse con muchas personas, sobre todo cuando no había de por medio algo en común que interesase a varios. Nos reuníamos hasta muy tarde en la noche, escuchando discos y conversando de diferentes temas, sobre todo de las costumbres de nuestra tierra que se iban perdiendo por el advenimiento del modernismo y los cambios de vida con los nuevos inquilinos de la ciudad que se hacía más cosmopolita y perdía la belleza de su señorío y de sus tradiciones. Tomábamos café y cuando el agua del termo se acababa no reparábamos en entrar a la cocina y hervir agua y husmear en las alacenas buscando panes, biscochos o cemitas.

Cuando éramos estudiantes y solteros nuestras tertulias eran siempre muy frecuentes, empezaban especialmente después que terminaba el cine y escuchábamos los long plays de Los Panchos, Los Tres Diamantes, boleros de Pedro Infante, de Carlos Gardel, de Hugo del Carril, también música instrumental de Ray Connif, de la Sonora Matancer y discos de poemas, como El Brindis del Bohemio, Las Rimas de Becker, Amor de Madre de Jacinto Verdaguer.

Pienso que tenía muchos amigos, pero él era amigo, amigo de verdad, de pocas personas. Era incapaz de habla mal de nadie, pero sus ojos cuando te miraba daba la impresión de que eran dos faros de luz que entraban en tu alma y bien te cambiaba de conversación o hacía una mueca de silencio y de repente sin pronunciar los mismos versos, se refería a ese poema de autor desconocido del poema Verdades Amargas:
¿Amigos?...  Es mentira, no hay amigos
La amistad verdadera es ilusión,
Ella cambia se aleja y desaparece
Con los giros que da la situación.
Mi querido Buenita te has ido en tu viaje sin retorno. Vivíamos quizás, tan cerca y físicamente estábamos tan lejos. No sé si es cierto que los médicos dicen que tenemos el alma dura, para enfrentarnos con los pacientes que sufren, con aquellos en que el dolor rasca el alma, pero existimos algunos médicos, en los que la vida nos ha herido con  un puñal candente que ha dejado una herida en nuestro corazón, una herida sangrante que duele intensamente, sobre todo, cuando no se puede hacer nada por las personas a quienes amamos con el amor de Cristo y nuestro sufrimiento contagia y no hay palabras que mientan y expresen frases que den consuelo, más bien causan angustia. Razón por la que nunca fui a verte, pero si sabía de ti.

Buenita viviste una vida maravillosa. Caminaste un sendero lleno de flores, no hiciste daño a nadie, te vas con la conciencia tranquila, solo nos adelantas en tu viaje al infinito, para estar a la diestra de nuestro Padre Celestial.

Tu adorada esposa Gladys y tus amados hijos, lo mismo que tus familiares, quedan con el corazón resquebrajado por tu ausencia, pero ojalá ellos alcancen un poco de consuelo, recordando todo lo bueno que hiciste en esta tierra y el gran amor que les distes y cada vez que alcen sus ojos al cielo y en los billones de astros que pueblan el universo, descubran una estrellita brillante que tintinea, que serás tú, que los miras desde el cielo y les bendices con el Amor de Dios.

Para ti querido Buenita, deseo decirte, solamente ¡Hasta luego!, que te vas llevando mi gran admiración y afecto de un amigo y hermano como pocos…, talvez nadie entendió nuestra gran amistad, lindando en la familiaridad y contagiado con tu grandeza de hombre de bien por quien en este momento triste de la despedida…, dejo dos lágrimas simbólicas, una, por tu honestidad, cariño y lealtad a una institución, como nuestro Higos Urco, que supiste y sé respetar y duele cuando sus dirigentes de ahora no lo valoran y le dan importancia, por la que nosotros y otros consocios  y la otra lágrima, por esa amistad sin límites, sin interese, sin fingimientos, que ojalá perduraría en el tiempo y en nuestras familias

¡SEÑOR INGENIERO, DON BUENAVENTURA BURGA NORIEGA, DESCANSA EN PAZ!

Jorge REINA Noriega
*AYÚDAME A AYUDAR*
jorgereinan@gmail.com 

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