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CUANDO EL DOLOR LABRA EL ALMA: BOMBEROS

Pastillita para el Alma 12 – 10 – 19 “Vuestra fama, es como la flor, que tan pronto como brota muere; y la marchita el mismo sol que la hizo nacer de la tierra ingrata” Dante A. La gran universidad de

CUANDO EL DOLOR LABRA EL ALMA: BOMBEROS



14/10/19 - 04:53

Pastillita para el Alma 12  – 10  – 19
                                                                       “Vuestra fama, es como la flor, que tan pronto como                                                 brota muere; y la marchita el mismo sol que la hizo                         nacer de la tierra ingrata”                                                                                                                                                                                           Dante A.

La gran universidad de la Vida, nos da la oportunidad de nacer, crecer en sabiduría, saborear el dulzor del almíbar, también el amargor de la hiel; nos levanta y nos hace conocer la inmensidad del infinito, marearnos con la belleza de la naturaleza y saborear la mentira de los halagos, los aplausos y las reverencias de necios e infaustos, pero cuando la soberbia y la vanidad son los vestidos que cubren nuestras pequeñeces y la mentira y la hipocresía son el opio que nos deleita, todo se empaña y en un abrir y cerrar de ojos, la realidad nos devuelve al lugar que nos corresponde y de donde nunca debíamos haber salido.

Las personas que visten uniformes, son casi víctimas, de esta enfermedad de la grandeza mentirosa del poder, cuando sus prendas militares o los uniformes que nos da la patria, piensan que les da el derecho de usarlos para abusar o hacerse mal respetar.

Tenía el grado de capitán y servía en el Hospital de las Fuerzas Policiales, en una de mis noches de servicio, como jefe de guardia, cuando me llamó una señorita enfermera, para comunicarme, que un oficial con el grado de mayor estaba reclamando en forma insolente una atención de inmediato en un caso no de emergencia y daba la casualidad que en ese momento conversaba con el general Lorgio Moreno Borda, con el que había prestado servicio en la 17 comandancia de la Guardia Civil  le pedí, que ponga orden con el oficial prepotente y con toda su sabiduría, me contestó ”Jorge ustedes, los médicos, tienen la culpa para que estos malos oficiales entren a la Institución, porque permiten que ingresen para que lleguen hasta el grado de mayor. Ustedes deben seleccionar al personal para que todos lleguen a general, porque un general, jamás va  a tener esa actitud irrespetuosa” Una gran lección, porque la autoridad debe tener como condición ideal, ser ante todo una persona respetable, que respete y se haga respetar.

Tengo el honor de haber servido, en mi profesión de médico cirujano en la Benemérita Guardia Civil del Perú, en la Policía de Investigaciones y salí con el grado de coronel médico de la Policía Nacional, luego fui convocado con la equivalencia de capitán de navío en la Marina de Guerra del Perú y después como médico en el Hospital Militar Central y últimamente con el grado de oficial general, en el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú, así es que en alguna forma conozco como es la disciplina entre los rentados y los voluntarios, también como son tratados los que salimos al retiro entre los que nos paga el Estado y los que servimos voluntariamente, a cambio de nada.

Talvez sin lugar a equivocarme, el estar jubilados, en ambos casos, la mayoría de las veces, ya somos personas desconocidas,  nos consideran impertinentes e intrusos en el cuartel o en la casa donde hemos pasado casi la mayor parte de nuestra vida y si tenemos la mala suerte de llegar enfermos, somos los últimos a los que nos atienden, así hayamos madrugado para ser atendidos primero o nos evitan creyendo que tenemos alguna enfermedad infectocontagiosa o  creyendo que la VEJEZ, es una enfermedad carcomida por el pase inclemente del tiempo que ha destruido nuestro cuerpo y aún nuestro espíritu debiendo ser recluidos en los lugares sombríos de la ingratitud y el desprecio. Nuestros compañeros en actividad, algunos que fueron nuestros subalternos, adquieren posiciones insolentes, hasta se atreven a mostrarnos sus galones y condecoraciones y quizás olvidan que a la cumbre se llega en dos formas, unos como las serpientes arrastrándose y aplastados y otros, como nosotros, como las águilas, orgullosos de nuestra estirpe, jamás humillados, cumpliendo a cabalidad con nuestros reglamentos y sin deber favor a nadie.

El papel invento de los chinos, miles de años antes de Cristo, aguanta todo y sobre todo, cuando se entiende que es un derecho reclamar, cuando hay abusos e indiferencias, sin embargo en esta oportunidad no deseo hacerlo por mis hermanos uniformados a los que nos paga el Estado Peruano, porque cuando se enferman o sufren un accidente hay autoridades que reclaman sus derechos  adquiridos y a las finales consiguen lo que les corresponden, pero en esta ocasión deseo referirme a mis hermanos Bomberos, los que no tenemos sueldo y no de los bomberos que están en retiro, por límite de edad, muchos enfermos, como consecuencia de su actividad de bomberos, aquellos que si respiraron humo, los que se tiñeron con hollín sus rostros, los que tenían que aguantar que sus uniformes se sequen con el calor de las llamas, mientras el frio calaba sus huesos y sus pulmones se llenaban de flemas, como respuesta al aire caliente que inflamaban sus bronquios. Muchos de ellos sin apoyo de la Seguridad Social y solo al amparo de los médicos amigos del MINSA y colegas médicos bomberos que trabajan en los Centros de Salud y en sus consultorios particulares.

Ahora deseo referirme a mis colegas bomberos heridos en actos de servicio, aquellos que  estando en actividad se encuentran enfermos y su situación económica no les permite recuperar su salud, permaneciendo tiempo recorriendo los consultorios de los hospitales tanto de provincias como los de la capital.

Hermanos bomberos, a los que si se les puede llamar, de esa manera, a los Señores con “S” mayúscula, que no discriminan quien es quien y solo les importa el Principio Fundamental de nuestra contribución a la Comunidad, cual es de “Salvar Vidas en el puesto que nos toca servir” y no a aquellos señoritos que solo les interesa figurar, ni tampoco a los señorones bomberos de escritorio, que alzan la voz como mariscales de campo y sin ninguna mancha en su uniforme de faena, se presentan en los periódicos y en los canales de televisión.

Llámenme como quieran y califiquen como les dé la gana. No debo un favor a nadie y si hablo así es en DEFENSA DE MIS HERMANOS BOMBEROS HERIDOS EN ACTOS DE SERVICIO Y DE LOS ENFERMOS QUE NO LES PRESTAN ATENCIÓN.

TAMPOCO HABLO SANDECES NI COSAS AJENAS A LA VERDAD, PORQUE CUANDO TUVE EL ALTO HONOR DE ESTAR EN ACTIVIDAD Y NO DIGO EN SERVICIO, PORQUE EN SERVICIO ESTARÉ HASTA EL DÍA QUE ME MUERA, HICE LO POSIBLE POR ATENDERLOS, A LA MEDIDA DE MIS POSIBILIDADES, PIDIENDO FAVORES A TODOS LOS HOSPITALES TANTO DE LA FUERZA ARMADA, POLICÍA NACIONAL, SEGURIDAD SOCIAL Y EL MINSA, lo que le debe constar a los bomberos sin miedo, que pueden afirmar la verdad si es que todavía lo recuerdan.

Si señores hablo por nueve personas y  más, cuyos nombres los tengo en reserva y que me han hecho llegar su reclamo por intermedio de compañeros que no son escuchados y esta Pastillita amarga con sabor a hiel para algunos, lo hago porque tampoco yo soy atendido por las autoridades de turno, a pesar de que fui nombrado asesor principal, pero nunca me contestaron el teléfono, ni me devuelven el saludo cuando, entendiendo la gran responsabilidad que adquieren en sus nuevos puestos me permití saludarles y desearles muchos éxitos en su gestión y lo que me atrevo a decir, no es un reclamo sino un derecho, porque me asiste el grado, que aún en retiro, lo tengo y el uniforme que si lo supe usar con integridad y honestidad, inclusive en dos oportunidades manchando las pistas con mi sangre, mientras atendía pacientes en acto de servicio.

Señores oficiales generales, esta invocación no es una falta de respeto ni insubordinación es un pedido para que como en administraciones anteriores y mientras estuve en actividad me permitan tener facilidades para movilizarme y visitar a nuestros hermanos Bomberos y darles cómo, siempre lo he hecho, un informe detallado de sus necesidades,  pidiendo disculpas por mis frases, si soy mal entendido, pero es en resguardo de la integridad de nuestra gente que es un deber y obligación, para los encargados en velar de su bienestar y salud.

DIOS           PATRIA HUMANIDAD

Jorge REINA Noriega
Brig. Mayor (r) Médico CBVP
*AYÚDAME  A  AYUDAR*
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