10/12/19 - 04:27
Pastillita para el Alma 05 – 12 – 19
Cuando muchas veces, los que por la misericordia de Dios, nos ha permitido acumular los años sobre la espalda y nuestra existencia se desplaza en el torrente de la vida, con la quietud del agua de los rÃos mansos, o en la soledad de nuestros atardeceres tenemos tiempo suficiente para conversar con el personaje inmutable que nos acompaña desde nuestro nacimiento y es testigo de nuestras alegrÃas, tristezas e inclusive nuestras maldades y en ese inventario fugaz, nos remontamos a nuestras añoranzas, especialmente en dÃas especiales como son los de diciembre en nuestra fidelÃsima ciudad de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas, no pasa desapercibido los villancicos de Navidad y muy en especial:
Vamos pastorcitos, vamos a Belén
A ver a MarÃa y al Niño también.
Niño Manuelito, que te puedo dar
Rosas y claveles para deshojar.
Si analizamos en su verdadera dimensión, el significado de estos versos, pienso que el autor de esta tan singular expresión, debe haber sido un iluminado, en una de esas vidas anteriores que tuvo la oportunidad de crear algo tan maravilloso y de tanto significado, donde el amor a la madre, se sobrepone al respeto y a la adoración al Niño Manuelito, pues soy un convencido que la obra más excepcional de Dios es la creación de la MUJER COMO MADRE, pues ella, como nuestro Creador, son capaces de CREAR y esto lo demostramos cuando leemos la Biblia en el libro del Génesis, cuando se describe que Dios CREA todo lo que existe en la tierra, más no lo descubre, como hacen los hombres cientÃficos como Fleming que descubrió la penicilina, como Pasteur que descubrió la vacuna para la viruela, como Einstein que descubrió la teorÃa de la relatividad, o Roentgen que descubrió los Rayos X, o Edison que descubrió la luz eléctrica y tantos hombres de ciencia que siguen descubriendo adelantos que ahora más que nunca en los últimos tiempos nos están dando comodidad y haciendo más apacible nuestra permanencia en este valle de lágrimas.
Que justo homenaje de este autor a la Mujer en su papel de Madre, pues hasta el mismo Padre Eterno, tiene que recurrir al cuerpo de una mujer, para que ella sea el vehÃculo, donde venga su Hijo a la tierra, para la salvación de la Humanidad.
La mujer es la maravilla de la Creación. Es el personaje más sublime después de Dios, en ella se deposita todo lo que existe en la tierra, más su vida está marcada por una serie de pruebas, que lo hacen grande y lo llevan a la santidad.
Quien puede ser como ella que desde los 9 o 10 años comienza a tener pérdidas sanguÃneas, con dolores al vientre, que lo acompañan hasta los 40 o 45 años.
Quien puede ser como ella, que la naturaleza lo ha marcado con un candado para mostrar su honestidad y su dignidad y tiene que ser consciente cuando lo pierde, tanto por el dolor fÃsico como mental.
Acaso no es la mujer tan valiente para llevar en su vientre durante 9 meses el producto de gestación y tuvo que ser señalada para que cuando traiga a los hijos al mundo lo tiene que hacer pariendo con dolor.
La madre que cuida al fruto de su vientre y le tiene que alimentar con la leche de sus pechos, la madre pendiente de la crianza y la educación de sus hijos, del cuidado de sus conyugues y encima tiene que disponer de horarios especiales para contribuir con el mantenimiento de la casa e inclusive muchas de ellas son las únicas que trabajan y tienen a sus maridos como becarios, niñitos come echados más sinvergüenzas y abundantes que los corruptos que hay en nuestra Patria y que tienen la suerte de que nadie los denuncia.
Cuántas cargas y responsabilidades en un ser humano, que sin embargo viene a ser la manifestación de la belleza, de la bondad, de la humildad, de la fortaleza y es la fierecita que defiende a sus vástagos, ofrendando inclusive su propia vida por defender al producto de su vientre y al hombre que se acuesta con ella y pare sus hijos.
.
Niño Manuelito, que te puedo dar
Rosas y claveles, para deshojar
Definitivamente que se le puede ofrecer a Dios, que le puede faltar a ÉL? tal vez nuestros presentes deben ser solo cosas simbólicas, como lo hicieron los reyes magos, claro que con un significado más grande de profecÃa para su vida en la tierra, cuando le visitaron en el Pesebre de Belén, en el lugar de su nacimiento, en presencia de la Virgen MarÃa y de San José.
Baltazar, el mago procedente del Ãfrica, entrega el más preciado de los metales que es el oro, sÃmbolo de la realeza, de dignidad, de soberanÃa, de autoridad, de gobierno y de dominio. Los reyes tienen este metal precioso que les da seguridad, influencia y poder al que lo posee.
Gaspar, procedente de Asia, es el más joven de los reyes magos, entrega INCIENSO, mescla de esencias aromáticas. En ese entonces solo se quemaba en el Tabernáculo de Moisés o en el Templo de Salomón. El aroma del incienso siempre produce un estado de paz interior, nos muestra la presencia de algo sagrado y divino. El incienso es el sÃmbolo de Dios.
Melchor, es el rey mago procedente de Europa, al niño Manuelito le regala MIRRA, que es una sustancia rojiza, aromatizada, muy común en el Medio Oriente, que en la actualidad sirve para la fabricación de exquisitos perfumes, pero en esos tiempos se usaba para el aceite de la Santa Unción y como bálsamo que se utilizaba en los rituales de la santa sepultura.
En nuestros villancicos, los pastorcitos, se preguntan, que te puedo dar niño Manuelito, tal vez solo ROSAS Y CLAVELES, PARA DESHOJAR y si lo analizamos en su verdadera dimensión estas palabras que parecen tan simples, vamos a ver que el compositor con mucha sabidurÃa y acoplando a la melodÃa de la canción, está obsequiando un ramo simbólico de personajes, representando las Rosas a las mujeres y los claveles a los hombres, con la finalidad de que sean analizados en sus actos, sus procedimientos, sus pensamientos, porque DESHOJAR, es para Dios analizar sus comportamientos de todos nosotros capaces de esconder nuestras debilidades y nuestras miserias, teniendo la remota idea de que a Dios se lo puede engañar.
Pero, volviendo al motivo de esta reunión tan agradable y amena, donde todos los amazonenses, nos damos nuestro tiempo para alegrarnos y más que recordar, nos juntamos para añorar los momentos más felices, que creo sin excepción todos hemos pasado en nuestra tierra bendita y no digo recordar, porque recordar es la tabla de multiplicación, las estrofas del himno Nacional, la Tabla de Mendelej, los teoremas de don Eleuterio Trigozo, en cambio AÑORAR es traer a nuestra mente el olor del guarango, el dolor de ese incón de esa espina que nos punteo en nuestro dedo, sentir el suave aroma del selvaje, traÃdo del puente del Utcubamba, los adornitos de loza con olor ha guardado de los juguetes que adornan el nacimiento, ver la carita sonrosada del Niño Manuelito, la mirada piadosa de la Virgencita MarÃa y la barba blanca de San José con su cara seria agarrando su bastón, parecido al horcón para sacar el pan de doña Petita Castro, cuando hacÃa sus panes de yema, sus cemitas y sus murones. Como vamos a olvidarnos del chocolate caliente bien posqueado, en tacitas de fierro enlozado o en pates de Tupén, con sus rajitas de queso de Inguilpata o de Molinopampa.
Cuantas de las que ahora están presentes habrán bailado como Pastoritas, con sus faldas vueludas, sus sombreritos de paja, con su sonajjita de lata recorriendo las calles de nuestro Chachapoyas viniendo desde la plazuela de Burgos de su casa de don Gregorio Valdez o de su casa de don José Santos Vigil, al lado del Colegio San Juan de la calle de La Merced. Cuantas de ustedes estarán diciendo ahora, ¡que upas hemos sido por hacernos las santitas y perdimos el tiempo de darnos una escapadita, cuando ni siquiera luz habÃa en nuestra tierra! Y los talegonazos de los muchachos, buscando donde se caen los cohetes o haciéndose los mentecatos por no ser aventados, disque porque tenÃan miedo al cura sin cabeza o que les lleve el shapingo. Tal vez una que otra de ustedes, porque todas son guagüitas, pero seguro que les habrán contado como eran las velaciones en la casa de don Calixto Herrera en las 3 Esquinas, junto al chorro donde se bañaban las brujas en las noches de luna llena; las velaciones en la casa de la Beachita Jiménez en la Sapra, en su sala con sus sofás de madera y sus sillas de esterilla, con sus humitas, sus juanes y sus copitas de diversos compuestos de miel de abeja, naranjita y mistelas.
Era célebre las velaciones en la iglesia de la Mama Asunta con el piano de don Felix Castro, de don Gilberto Tenorio, la mandolina de don Alberto Huamán, las guitarras de Pedro Villacorta, Gilberto Rojas, el Pocoy, el tubo y el banyo del maestro José Amenero, los violines de Antonio Bobadilla, don Hernán Arana, y de don Germán Santillán. Como olvidar los villancicos cantado por Luchita Urteaga, Blanquita Monteza, las hermanas Revoredo y en tiempos más recientes por Carmelita Tenorio, Teresita y Clarita Ampuero, Isabelita Inchaustegui y también Isabelita DÃaz.
No es por hacerles llorar, pero quienes van olvidar las comparsas de pastoritas que bajaban de la plazuela de Burgos de la casa de don Emilio Valdez o las que subÃan de Santo Domingo de la casa de doña Mercedes Valdez, las que bajaban de Luya Urco de la casa de Natita de Aguilar, de Amelia Latorre o las inolvidables comparsas de doña Marcelina GuivÃn de Yance, que llegaban a la catedral para escuchar la misa del Gallo, celebrada por el tayta Obispo Octavio OrtÃz Arrieta, con los padres Hurtado, Olascoaga, Reyna, Ocampo, Sinforiano, Alvarado y Reategui.
Vamos Pastorcitos, vamos a Belén
A ver a MarÃa y al Niño también.
Nuestras callecitas de Chachapoyas, muchas veces húmedas con la garúa de la lluvia que no se animaba a descender, esas gotitas de agua que caÃan recelosas en el rostro de nuestras pastoritas, que meneando la cintura y con pasitos cortos entonaban nuestros villancicos, llenos de ternura, de amor y de entrega al Niño Dios. Niñas y niños de nuestra tierra, alumbradas por velas de Castilla, que ahora se han vuelto damas y caballeros, que seguro estoy están sintiendo la tierra húmeda con la lluvia, el olor de cómo se consume la cera y como el pabilo ardiente de la vela se resiste a apagarse porque es luz que alumbra los rincones oscuros de nuestra mente donde como un tesorito escondido se hallan las imágenes de nuestros seres queridos que nos trajeron al mundo y ahora nos miran desde el cielo.
Niño Manuelito, que te puedo dar
Rosas y claveles, para deshojar
Que nuestro Niño Dios reciba todos los dÃas de nuestra vida un ramo de flores con rosas rojas encendidas, representadas por hermosas mujeres de nobleza y pureza sin par, con claveles blancos llenos de humildad y dignidad, muestra de personajes de abolengo y buena intención para que nuestro niño Manuelito deshoje el corazón de los hombres de nuestra tierra y en ellos encuentre gente valiosa que vele por el destino de nuestra Patria chica, que tanto necesita o desaparezca a aquellos lobos vestidos de ovejas que solo buscan enriquecerse a costa de la nobleza de nuestra gente.
FELIZ NAVIDAD Y VENTUROSO AÑO 2020
Jorge REINA Noriega
*AYÚDAME A AYUDAR*
jorgereinan@gmail.com
999 048 355